Diane Arbus: Retrato de una belleza monstruosa.

Y volvemos con las secciones propias, y es turno de mis renglonsitos.

Basta con ver una imagen de Diane Arbus, para sentir la perturbación de toda una vida. Y con esto, me refiero a todas aquellas preocupaciones y alteraciones que el mundo dispone y pre-dispone para nosotros.

Diane Arbus no requiere de presentación, aunque para hacerle justicia a su trabajo justamente es necesario. Fotógrafa estadounidense, nacida como Diane Nemerov, en 1923, de padres judíos e iniciada en revistas de moda, constituyen los datos triviales que pude recopilar acerca de su persona.

Del otro lado podemos encontrar, que el trabajo de Arbus ha trascendido, entre otras cosas, debido a un estilo excéntrico e incluso grotesco, que logró capturar un sinfín de imágenes sobre personas que salían totalmente de los estereotipos de normalidad: enanos, gigantes, deficientes intelectuales, los integrantes de la llamada sección ‘fenómenos de circo’, relegados socialmente como monstruos o simplemente freaks; eran todos, los modelos que a conciencia Diane prefería, con la firme intención de provocar reacciones inhóspitas entre sus espectadores.

Como muchos otros grandes artistas, puede que se haya visto rebasada por su realidad, dando fin a su propia vida en 1971. Ahora, me resisto a pensar que todos los talentos estén destinados a buscar su propia muerte o quizá esta sea ley divina para los que han descubierto y se han dirigido hacia un mundo ‘mejor’, para dar rienda suelta a una respectiva irrealidad, a la que no puede pertenecer el ‘resto’ de personas, aquellos que se piensan sin dudar, dentro de los límites de la ‘normalidad’.

Por último, admito que me gusta su mirada y no puedo dejar de creer que, las personas denominadas como ‘freaks’, existen por la misma razón que los que no se consideran así. En palabras de Arbus: “Los Freaks nacieron con sus traumas. Ellos ya han pasado su prueba. Son aristócratas”*. Y tan sólo quedaría, no que lo demostraran, sino que ellos mismos lo sintieran, además por supuesto, que también lo hiciera aquel ‘resto’ insaciable.

* Revista poética/Almacén.