
Como este verano no tuve ni el tiempo ni los recursos para trasladarme allí, intentaré usar mis recuerdos y mi imaginación para transportarnos a todos a aquel mágico terreno.
Dicen que su nombre significa: "Lugar de los Mezquites" y quizá esto haga una alusión directa al clima del sitio, masivamente caliente por el día y frío de miedo durante las noches. No sabía lo que me esperaba al ir a otra área de Hidalgo, pues ya había visitado el estado pero en un municipio distinto.


– Háblenme todo el viaje o seguro me dormiré – amenaza Christian con una gran sonrisa. – Este bien ¿de qué quieres que hablemos? – ofrece mi hermano Juan entusiasmado.
Mis ojos se hacen pesados después de ver tanta llanura a través de la noche, así que inevitablemente el sueño me ha vencido...

– Que bueno que lo aceptas, sino no nos hubiéramos dado cuenta – se burla Christian y mi hermano le hace segunda.
Vuelvo la mirada al camino y el ya iluminado fondo inunda mis ojos de regocijo.
– Detente – le digo a Christian, que agradecido por la petición se detiene fuera del camino.


Es inevitable fotografiar cualquier cosa que se cruce en mi camino, así sea con un teléfono celular o con una cámara digital. De allí en adelante no puedo parar y las fotografías que en este post has de encontrar pertenecen a aquellos momentos que me hicieron vibrar: las montañas a rebosar, el río y su palpitar, los montes y el sol recostado en sus extensiones, un aroma a vida que atrapa, sin lugar a dudas, amor a primera vista.

Gracias por leerme una vez más, suerte en todo lo que hagan y déjense llevar…