El hombre que no creia en el amor

Esta leyenda la escuché en un almuerzo con amigas, una empezó a contarla y nos cautivó a todas. Y como toda leyenda, cambia de personajes, lugares y aumentan cosas o muchas veces se quitan, en fin, cada uno le pone su granito. La comparto con ustedes. El relato no se de donde vino, ni quién lo escribió pero ojala siga haciéndolo por ser tan bonitas.

Ocurrió en tiempos remotos cuando los moradores del desierto eran dueños y señores junto con el viento y la arena de todo el Sahara, un líder de una importante tribu se hizo famoso por su imparcialidad, su fuerza y hermosura. Pero le preocupaba su linaje, pues el no creia en el amor y sin amor, no podía haber sucesión ni decendencia según sus principios. Decía que el amor era una excusa para no vivir solo, para alimentar el ego y tranquilizar a los viejos.

Repitió una y otra vez que el amor era un invento de poetas frustrados y propaganda barata, y zanjaba toda posible discusión asegurando con tono brusco que el amor era una quimera.

Una mañana de agosto llegó con la caravana a una excavación situada al sur de Atlas. Se sorprendió al ver trabajar duramente a una joven blanca de cabellos castaños, arqueóloga, que tampoco creia en el amor.

Pronto nació una sincera amistad entre ellos.

Una calurosa tarde se sentaron a la sombra de la Haima para saborear un té de hierba buena.

Durante la conversación surgió el tema del amor, ella le comentó mirandolo fijamente, a los ojos negros, que la pasión entre dos solo puede deberse por la necesidad natural de mantener relaciones sexuales.

El sonrrió y ambos terminaron riendose a carcajadas. Las visitas se hicieron más asiduas, hasta que una noche fria de diciembre se les hizo demasiado tarde para volver al campamento. Refugiandose por necesidad en una cueva debido al fuerte viento del sirico.

En aquella solitaria cueva, en la que algún ante pasado lejano dibujó peces, se sentaron muy juntos a la luz de la lumbre y ambos, incrédulos, no pudieron evitar besarse hasta fundirse por completo. Y acabar irremediablemente haciendo el amor.

La tormenta de arena ceso y un poco antes del alba el se marcho con sumo cuidado para no despertarla. Mientras cabalgaba en dirección al sol, pensó que todo habia sido fruto de Jinnis (según la leyenda musulmana, los Jinnis son espiritus capaces de adoptar formas humanas o formas de animas). Y logicamente no podía ser real lo que es noche había vivido.

El tiempo transcurrio implacable y nunca más volvieron a verse, seguramente porque no "creían en el amor". Pero despues de tres años otra tormenta de arena arrasó con todo lo que se puso a su alcance. Borrando límites invisibles del desierto, erosionando la memoria, enterrando vidas.

Cuando la tormenta pasó quedó al descubierto una vieja ciudad de piedra y entre la ruinas de aquella encontraron una libreta de notas.

Acudieron de inmediato arqueólogos y el jefe de la gran tribu para cerciorarse del gran hallazgo.

Discutieron todo lo posible sobre el nombre de la posible ciudad descubierta por el viento y estudiaron la misteriosa libreta.

El gran jefe tomo la libreta y entre la multitud de dibujos y anotaciones técnicas halló una inexplicable frase escrita en la ultima página que profundizaba aún más el misterio. Se podia leer claramente:

NUNCA TE OLVIDARÉ AMOR, AUNQUE LOS BESOS Y LAS PALABRAS SE LAS LLEVE EL VIENTO.

Supongo, que todos se dan cuenta que esta leyenda tiene una moraleja y también espero haya sido de su agrado.

Que tengan un lindo fin de semana. Por fin llegó la primavera en mi país, a ser felices todos.