El temor a la muerte. Díficil ¿no?

Como se habrán dado cuenta, escribir en la sección de El Mostacho de Freud es todo un reto, a veces me siento muy dispuesta a redactar para dicha sección, otras muchas veces no, pero creo que hoy hay un tema muy ad hoc al último post del Dr. Drave, cosa que facilita mi labor y que complementa la del Doc.

Una noche, mientras mis hijos hacían sus deberes escolares, yo estaba sentada a mi mesa de despacho, escribiendo, cuando entró un joven de la escuela superior y me preguntó: «Madeleine, ¿le tiene usted miedo a la muerte?».

Sin volverme apenas a mirarlo, le contesté: «Sí, Bob, desde luego». El joven se sentó ostentosamente en una silla y exclamó: «¡Menos mal! Nadie más se atreve a admitirlo»*1.

Retomando lo del post de Eutanasia, creo que el temor a la muerte, es uno de los tantos factores que influyen en el debate acerca de la eutanasia, yo misma experimenté ese miedo en extremo, durante parte de mi niñez y la mayoría de mi adolescencia realmente sentí que había perdido la cordura –al menos ahora sé que tengo poca-. En el post de Mi vida con Harry Potter les mostré un poco de lo que ésta saga influyó en mi pensamiento, para dejar de temerle a este proceso inevitable llamado: la muerte.

Como vimos con el Dr. Drave y muchos de ustedes ya sabrán, la muerte es vista desde muchas perspectivas alrededor del mundo, por lo que no todos experimentan el mismo nivel de temor hacia la muerte. Al menos en mi país y como si fuera poco lo que ya vivimos la humanidad en general, los gobernantes y las asociaciones delictivas implantan un terror sin igual con referente a la muerte, haciendo una guerra por territorios por demás absurda, pero que promueven el morbo con imágenes en los diarios más accesibles al pueblo mexicano, haciéndonos cada vez menos indiferentes a interesarnos en conocer la muerte, pero sí enseñándonos a diario, las victimas del narcotráfico y demás expresiones de la delincuencia organizada.

Muchos evitan hablar de la muerte, porque se quedan con la idea de que se habla de la figura que muchos han tomado como una especie de Dios, la llamada: Santa muerte, que también puede derivar de la figura mítica que se tiene de esta: un esqueleto con capucha y guadaña añadida; pero no, a lo que yo me refiero es más simple y complicado a la vez, me refiero a ese suceso, en que nuestro organismo deja de fábricar cada uno de los procesos vitales que nos mantienen en pie, haciendo así, que nuestro cuerpo ya no pueda subsistir.

Muchas religiones son difundidas motivando a sus feligreses sobre una vida después de la muerte y que según las acciones que se implementen en vida, será su castigo o premio en el cielo, paraíso, etc. En este aspecto, el temor a la muerte puede verse “justificado” por los castigos que pudiésemos obtener en el más allá. También es cierto, que la mayoría de los seres humanos, no visualizamos nuestra muerte, no me refiero a que no podemos ver la escena de nuestra muerte, sino la idea en especifico, asimilar que somos seres mortales y que este acto pueda ocurrir en cualquier momento, nos da un trabajo enorme.



En algunas páginas encontré que el temor a la muerte es algo más que natural en el sentido biológico, ya que la sobrevivencia, es el instinto más fuerte por el que el ser humano se ha movilizado a través del tiempo.

¿Cuántas veces nos han dicho con referente a la muerte: ¡No hables de eso!? ¿Cuántas veces has escuchado que digan: ¡que feo tema!? ¿Tienes mucha vida por delante y ya habrá tiempo de pensar en eso? Si alguna frase de estas te suena, creo que aún es tiempo para convencerte a ti mismo, que “la muerte, no es una opción, ni una posibilidad, es una certeza” y que es uno de los pasos para concretar este ciclo de la vida*2.

Si bien es cierto que el miedo es una reacción que nuestro cuerpo construye como parte de la sobrevivencia, no podemos vivir todo el tiempo así, sería algo que nos consumiría en poco tiempo. Bien dijo John Lennon que “La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes” y en mis adentros, no cabe la idea de que mis pensamientos giren, tan sólo, en torno al miedo a mi desenlace o termino de esta vida, por el contrarío, mi deber, sería salir de la caverna como en el mito de Platón, salir de la ignorancia e investigar que pasará en un futuro, con nuestros cuerpos y para los que creen, ¿porque no también conocer que ocurrirá con nuestras almas?

Es entonces cuando escribo, que yo creo que la gente le teme a la muerte, porque en sí le teme a lo desconocido, quizá a algunos les de miedo comer pulpo cuando antes no lo había hecho, quizá también les de miedo nadar cuando aún no han aprendido; después de todo “El dolor es el resultado de la ignorancia y el temor”*3.

Cuando deje de tenerle miedo a la muerte, no es que esté buscándola todo el tiempo o que esa idea me atraiga, sencillamente, sé que es algo que pasará y que la mejor forma de prepararme para eso, es vivir mi vida con sus tristezas y bondades, con sus placeres y peligros y conocer cualquier posibilidad de lo que pueda suceder después de, pero también tener en la mente, la gran posibilidad de que todo termine allí.

Esperando hayan tenido una lectura agradable, me despido de ustedes con la siguiente frase: “Para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura”*4.

*1.- Madeleine L’Engle.
*2.- J. Herculano Pires.
*3.- Samael Aun Weor.
*4.- J.K. Rowling.