Para los que no lo saben, me gustan mucho los videojuegos, aunque últimamente no he podido continuar con ese hobby por cuestiones económicas. Resulta que un juego llego a mis manos ya hace un par de años, el nombre del juego es “Bioshock”, para el XBOX 360.
La primera vez que me termine el videojuego me quede con muchas ganas de jugarlo de nuevo, hoy en día es mi juego favorito, pero en aquel tiempo no lo juegue por segunda ocasión a causa de mi interés por más títulos.
El año pasado lo tome para jugarlo de nuevo y me di cuenta que la historia que abarca el juego es un joya, mi interés por saber de donde provenía me llevo a investigar acerca del creador del juego; Kevin Levine, fue el nombre que surgió de mi investigación, y leyendo unas entrevistas con respecto a la historia del juego apareció el nombre de Ayn Rand, y el nombre de un par de sus libros.
Levine los tomo como punto de partida para entonces empezar a elaborar el contexto histórico y filosófico del juego.
Así fue entonces como conocí a Ayn Rand, seudónimo de Alisa Zinovievna Rosenbaum (1905-1982), al investigar sobre ella me tope con que además de escritora es la desarrolladora del “Objetivismo”, sistema filosófico al cual Rand dice: “Mi filosofía es, en esencia, el concepto del hombre como un ser heroico, con su propia felicidad como propósito moral de su vida, con el logro productivo como su actividad más noble y con la razón como su único absoluto.”
Entonces empecé a leer “El Manantial”, quede enganchado en cuanto llegue al personaje de Howard Roark, un personaje altivo, taciturno, directo, indómito y siempre respetando su ideología.
Paralelamente a mi lectura, estaba en una época algo nublada personalmente, y me vi muy reflejado con la personalidad de Howard.
En esta novela, Ayn plasma mucha de su filosofía, tomando la arquitectura como punto de partida para que el joven Howard lleve su visión de la misma a un punto sumamente personal e individualista. A Howard no le interesa el dinero o la fama que puede alcanzar si se deja llevar por la corriente arquitectónica del momento, a él le interesa él.
En El Manantial no nos topamos con el típico héroe estereotípico de personalidad humilde y con actitud parlanchina, llevando su sermón y puntos de vista a todos los lugares que va; en absoluto, este héroe es autosuficiente, desdeñoso, lacónico, arrogante, soberbio.
“"Hay tres cosas que odia el Parásito: El libre mercado, la libre voluntad, y los hombres libres" (Frase de Bioshock), esta frase describe perfectamente a el personaje antagónico de la novela, un hombre de alta sociedad que puede mover los hilos a su antojo.
Al terminar de leer la novela me percate que yo no era el mismo, al principio pensé que solo era idea mía, pero después la gente a mi alrededor me lo hacia saber, ellos también vieron el cambio, a partir de ahí me di cuenta que esta novela me había marcado.
Y así lo tomo, hubo un antes y un después de leer El Manantial, tal vez por el momento nublado por el que pasaba cuando lo leí, tal vez por el nivel de inspiración que puede otorgar la obra por si sola, o tal vez por lo mucho que me identifique con Howard, en fin creo que fueron muchos aspectos.
1 comentario:
el libro me fue recomendado, soy arquitecta y segun me cuentan esta basado en la vida real del famoso arquitecto Frank LLoyd Write
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