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11 de junio de 2010

La casa de las delicias



Hola nuevamente estimados cazadores, por fin llegó la hora de aportar un granito de arena en esta


sección que me ha entusiasmado muchísimo. Hoy les hablaré en Leyendas urbanas de un lugar que decidí visitar para comprobar si eran ciertos los rumores, me di varias sorpresas y creo que ya es tiempo de compartir con ustedes la historia de La casa de las delicias.

También llamada finca o hacienda, La casa de las delicias es uno de los tesoros mejor cuidados de la ciudad de Álamos. Dicha ciudad se encuentra en la parte Sureste del Estado de Sonora (México) y durante un tiempo fue considerada la capital del mismo.


Según la información que me brindaron en el lugar (el velador para ser más exactos), la casa tiene cerca

de 300 años y en este momento se encuentra desocupada. Únicamente se le emplea como lugar de eventos o pieza arquitectónica para turistas curiosos y deseosos de edificios con leyendas. No tengo las medidas exactas del lugar, pero puedo asegurarles que es más grande que una cuadra (o manzana, 100x100 mts). Se hacen unos quince minutos de la plaza central hasta al cementerio que se encuentra frente a la casa.

Cabe decir que antes de ingresar a semejante espacio, primero se tiene que cruzar por el panteón que se encuentra frente al edificio, éste también guarda sus buenas historias, pero nos centraremos en ésta.  La casa es imponente desde que se pasan las altas rejas que separan el terreno de las calles, desde el momento en el que se pone un pie en el lugar ya se experimenta una curiosa sensación de estar en algo más que una casa abandonada, tiene su propia magia ya sea por las habladurías o la expectación que genera estar rodeada de "espíritus". Después de ingresar, el amable velador con varios años trabajando en la casa, da la bienvenida y ofrece un breve recorrido acompañando cada parada de una explicación. 

Ya dentro del hogar dulce hogar, fácilmente podemos contar más de 10 habitaciones, realmente no recuerdo cuántas eran, solo sé que es la casa con más cuartos que he visto en mi vida. Al ingresar podemos toparnos con un espacio abierto que da hacia el patio trasero, en donde se encuentra una piscina de tamaño considerable (solo en ocasiones especiales se llena), y al fondo, árboles y más árboles como todo el terreno que rodea el lugar. La arquitectura va de acuerdo al estilo de todo el pueblo, desde las puertas de madera tallada, hasta los pilares, la pintura y adornos que decoran las habitaciones y pasillos. Blanco por donde quiera que se vea y puertas cafés separadas por cuadros o solo distancias grandes entre cada una.

Una de las habitaciones que más me llamó la atención, colindaba con la cocina. El velador indica que

subiéndolas, nos encontraremos con dos habitaciones, una con puerta y la otra completamente inaccesible (de ahí le siguió el escalofrío de saber que en una de ellas la leyenda se había desarrollado), así que, lo mejor es pedir permiso para subir y una vez concedido intentar escalar aquellos angostos escalones que solo pueden cruzarse de puntitas y pegados a la pared, ya que de frente es imposible por la poca distancia que hay entre las paredes. Una vez arriba, algo increíble se puede ver, la habitación tal cual se indicó, yace abierta de par en par, con dos puertas enormes en el fondo que dan hacia el balcón. Del otro lado, solo una pared con un pequeño cuadro que posiblemente sirvió para alimentar a quien se encontraba dentro.
 
Al bajar las escaleras, el velador se dispone a indicar la salida de la casa, pero una insistente e impaciente por ver algo más que arquitectura, pide que se le muestre más del lugar. Y es ahí, cuando se comete el segundo error (el primero fue entrar). Se camina nuevamente por los pasillos detrás de una fila de personas que han entrado de forma impertinente a varias de las habitaciones. El hombre al darse cuenta, pide de favor que el último de la fila cierra la puerta que quedó abierta y sí, me ha tocado a mí.

Entro sin dificultades a la habitación, completamente en orden y sin indicios de que una gran cantidad de personas ingresaran a ella tomando fotos como si se hubiera aparecido algo. Noto que la puerta del baño está también abierta y yo y mi manía de que las cosas estén bien, me dirigo para completar la tarea y cerrar también esa. Cuál fue mi sorpresa, que justo antes de colocar mi mano en la manija, la puerta se me cierra en la cara con una fuerza impresionante. Como si en verdad la hubieran empujado desde el otro lado. Me giro en todas direcciones buscando una posible explicación, y encuentro que la única ventana de la habitación está sellada y no solo eso, la puerta que se suponía que tenía que cerrar, también lo estaba y conmigo dentro. Un escalofrío me recorrió la espalda y lo único que pude pensar fue que debía de salir de ahí lo antes posible.

Todavía temblando, llegué hasta el final de la fila y me incorporé sin decir una palabra. Así continuamos el recorrido, hasta que el velador nos ofreció sentarnos en el césped mientras él contaba algunas anécdotas personales sobre las leyendas que se escuchaban del lugar. Yo mientras tanto, me dejé caer en un viejo tronco sin poder creer lo que había sucedido minutos antes.

El señor comienza a contar la historia de una mujer procedente de familia acaudalada, que se enamoró perdidamente de un joven sirviente. Como en casi todas las historias de amor al estilo Romeo y Julieta, la familia se opuso rotundamente a que la unión entre los dos se llevara a cabo. La joven en su desesperación, ideó un plan para escapar junto con su amante una noche mientras todos dormían. El problema fue, que el plan se descubrió y antes de que el encuentro se concretara, la familia mando encarcelar al joven y amenazarlo para que no volviese a acercarse a su hija. Éste aceptó mintiendo, mientras pensaba en otra forma de regresar. Así fue como la última cita se planeó y quedó en llevar una breve serenata a la joven, para avisarle de su llegada. Todo estaba listo, pero lo que no sabían, era que la familia estaba al tanto de todo y decidiendo que querían acabar con el problema desde la raíz, esta vez mandaron matar al joven, el cual nunca llegó a presentarse ante el balcón con la prometida serenata. Su amada, esperó y esperó, sin saber la suerte que había corrido aquel al que esperaba. Pasaron los días y la joven dejó de comer, no durmió y la desesperación comenzó a apoderarse de ella, llegando al punto de querer escapar de su hogar e ir en búsqueda de él. Ante esta situación, sus padres decidieron encerrarla y prohibirle el contacto con el exterior, hasta que un prospecto llegara y pidiera su mano. Se le presentaron muchos y todos fueron igualmente rechazados. Acabando con la paciencia de los padres, la joven fue encerrada de forma definitiva en su habitación (balcón del lado derecho en la foto). Y fue ahí donde la joven se quitó la vida después de perder la fe y esperanza en su joven amado.

Quizás suene cursi la historia, pero todo tiene sentido una vez que escuchas el porqué del asunto. Después de que relatara aquello y yo me encontrara más tranquila, escuché cómo aquella mujer pasaba sus días o más bien sus noches, rondando por el lugar, paseando por los jardines, esperando a su novio en el balcón con las puertas abiertas mientras él llegaba en punto de las doce de la noche con una hermosa serenata, aquella que le había prometido. 


Yo pude creerlo por unos momentos y no dudé de muchas cosas. Pero en fin, ya había presenciado bastante. Así que tomé fotos e hice algunas preguntas. El señor amablemente me las respondió y descubrí que existían muchas otras leyendas relacionadas a esa casa y la mujer que habitaba en ella. La mayoría coincidían en varios puntos importantes, otras se desviaban. El velador contó seguro de lo que decía, todas las apariciones que había presenciado y que ya estaba acostumbrado a ellas. No podía ni imaginarme como se debió de haber sentido, si yo con la puerta casi me infartaba, ahora él viendo a los fantasmas caminar por ahí.
 
Fue una gran aventura, y creo que lo volvería a hacer si no fuera porque en las fotos que tomamos nos dejaron con serias dudas sobre lo que vimos o más bien no vimos a simple vista. Comparto el material con ustedes. A mí me encantan estos temas, y también soy de "Ver para creer"
 
 Para que más o menos vean lo que les describí, les dejo un video testimonial y algunas imágenes de la casa.





Saludos

MDC



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente relato. Es la mejor sección para mi sigan sigan que alas gente le gusta

jorge dijo...

Que buena historia y si tienes razón esa clases de xperiancias a algunos nos apasionan .

Nos llegan de adrenalina el alma, nunca tuve oportunidad de ir ni ver un fenómeno de estos pero ya me imagino que se sentira.

Anónimo dijo...

jajja yo no creo nade de eso pero divertido leerlo. pongan massssss

Anónimo dijo...

yo si kreoo lo k kuentas pss ia vivi esa experienciaa con la casa de las delicias y me kedee asombradaa.....

Anónimo dijo...

hola hace un mes fui a Alamos y unos compañero tomaron una foto que se aprecia muy bien la figura de la mujer despues pongo el link de mi blog para poder compartirla con utedes

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