Hola primerísimos lectores, en esta segunda entrega del Tema Psicodélico, se me ocurrió un tema acorde a parafilias, les comparto algunas cosas que encontré por la red, para después darles mi -no tan importante- opinión.
"Una fantasía corresponde a una representación mental de algo que hemos vivido o simplemente que creamos en nuestra mente o adornamos de la forma más conveniente y convincente para nosotros mismos.
Si el contenido de tal fantasía produce una excitación sexual, hablamos de fantasías sexuales, aunque éste no sea explícitamente sexual (puede ser romántico o sensual...)
Las fantasías sexuales, por tanto, suelen ser una forma de excitación sexual a través de nuestra actividad de creación o reproducción mental, y tienen carácter individual y propio.
Y ¿para qué sirven? Nos ayudan a excitarnos en momentos de difícil concentración, de bajo deseo sexual, en actividad sexual solitaria (masturbación) o para encauzar nuestra sexualidad, en la orientación deseada.
En ocasiones las fantasías nos hacen dudar sobre nuestra orientación, sobre nuestra fidelidad o sobre nosotros mismos. Tenemos que tener en cuenta que la fantasía no es la realidad y que tampoco tenemos que llevarla a ella"*.
Bien, con tantos tapujos o reservas que existen en torno a las temáticas de la sexualidad, podemos llegar a un punto en que, la mayoría, pero afortunadamente no todos, pensamos que alguna práctica o pensamiento de carga sexual, podría ser mala. Recordemos pues, que los conceptos de lo que puede estar bien o mal son establecidos por las distintas culturas de diversas maneras.
Para mi, las fantasías sexuales, son sinceras expresiones de la libido, es decir es la sexualidad en viva voz, podemos o no compartir nuestras fantasías, pero ¿qué podría ser mejor que compartirlas? Así como también puede suceder, como bien dice en el los primeros párrafos, que las fantasías puedan quedarse en un plano meramente personal.
Estoy de acuerdo con un pleno desarrollo de la sexualidad y sobre todo una aceptación del ser humano como un ser sexuado, es decir, que puede contar con genitales que le permitan reproducirse o llevar a cabo una relación sexual.
El tener fantasías sexuales y llevarlas a la práctica, no es para nada algo malo, siempre y cuando la pareja, o las personas involucradas en el acto sexual tengan como común acuerdo dicha práctica, de lo contrario se estaría atentando contra la salud física o mental del individuo.
Si el contenido de tal fantasía produce una excitación sexual, hablamos de fantasías sexuales, aunque éste no sea explícitamente sexual (puede ser romántico o sensual...)
Las fantasías sexuales, por tanto, suelen ser una forma de excitación sexual a través de nuestra actividad de creación o reproducción mental, y tienen carácter individual y propio.
Y ¿para qué sirven? Nos ayudan a excitarnos en momentos de difícil concentración, de bajo deseo sexual, en actividad sexual solitaria (masturbación) o para encauzar nuestra sexualidad, en la orientación deseada.
En ocasiones las fantasías nos hacen dudar sobre nuestra orientación, sobre nuestra fidelidad o sobre nosotros mismos. Tenemos que tener en cuenta que la fantasía no es la realidad y que tampoco tenemos que llevarla a ella"*.
Bien, con tantos tapujos o reservas que existen en torno a las temáticas de la sexualidad, podemos llegar a un punto en que, la mayoría, pero afortunadamente no todos, pensamos que alguna práctica o pensamiento de carga sexual, podría ser mala. Recordemos pues, que los conceptos de lo que puede estar bien o mal son establecidos por las distintas culturas de diversas maneras.
Para mi, las fantasías sexuales, son sinceras expresiones de la libido, es decir es la sexualidad en viva voz, podemos o no compartir nuestras fantasías, pero ¿qué podría ser mejor que compartirlas? Así como también puede suceder, como bien dice en el los primeros párrafos, que las fantasías puedan quedarse en un plano meramente personal.
Estoy de acuerdo con un pleno desarrollo de la sexualidad y sobre todo una aceptación del ser humano como un ser sexuado, es decir, que puede contar con genitales que le permitan reproducirse o llevar a cabo una relación sexual.
El tener fantasías sexuales y llevarlas a la práctica, no es para nada algo malo, siempre y cuando la pareja, o las personas involucradas en el acto sexual tengan como común acuerdo dicha práctica, de lo contrario se estaría atentando contra la salud física o mental del individuo.
Fotografía de David Lachapelle de la colección Delirium of reason
Y... ¿ustedes que opinan chic@s?
*Fuente de la info: Sexología.com
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