Lean con detenimiento el siguiente fragmento:
“Comprendí que la gente tiene necesidad de poner nombres a las cosas, de
simplificarlas con palabras, pensando así, equivocadamente, que las puede
comprender.
Yo, en cambio, me puse a comunicar cada vez menos con
las palabras, y más con el cuerpo.
Si queréis ponerme un nombre,
¡adelante! ¡No me importa! Pero sabed que lo que
soy en realidad es una
ninfa. Una nereida, una dríada”.
¿Les gusto? Pues a mi sí, y mucho.
El extracto que acabo de presentarles no es para nada obtenido de mi mente -ya quisiera yo, tener tan grandes ideas-, sino que pertenece a Valérie Tasso, sexóloga, investigadora, escritora francesa y sobre todo un ser humano, que tuvo la valentía de retratar todos los aspectos imprescindibles de su vida en una obra titulada “Diario de una ninfómana”.
¿En este libro encontrarás solo sexo? No. Encontrarás muchos pasajes referentes a los encuentros sexuales de la autora, pero, la manera en que escribe puede tocar tu alma, si es que crees en esto. ¿Te has preguntado alguna vez que tanto se puede aprender a través del cuerpo? Pues es un muy buen momento para contemplarlo.
Con una obra directa, sin reservas y a través de una acaudalada historia, se nos presentan distintas situaciones que pueden llegar al límite de muchos, y una vez más, me gustaría que emprendieran conmigo este viaje en búsqueda de uno mismo. Ciertamente, encontrarán un sin fin de cosas relevantes en el texto, pero recordemos que ir en búsqueda de uno mismo implica, por sobre todas las cosas, dejar los miedos atrás, mirarnos tal y como somos y no como nos ven los demás. ¿Qué dicen, me aceptan el boleto?
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