Pon el cerebro en funcionamiento antes de poner la lengua en "movimiento", es la frase que mi padre, Lord Javier, usa cada vez que digo una burrada. Esta frase, ha resonado en mi cabeza durante los ultimos 15 años como recordatorio de que a veces, debo callarme la boca.
No soy partidaria del "derecho a decirlo todo". Hay cosas que una debe callar. El silencio tiene su valor y la omisión no siempre es un pecado, si no un acto de amor.
Aprendí a amar las palabras, amo también el silencio. He amado en mi vida más a las palabras que al silencio y este año, mi espada del augurio me dijo que debía empezar a callar un poquito más.
Durante estos años me dediqué a construir frases de escandalo. Lord Javier se volvió medio loco por mi causa ja ja ja, al verme pronunciar tantas burradas a la vez. Los que no hayan herido con palabras, que tiren la primera piedra.
A veces uno no se entera del poder que una frase puede tener en otra persona. La sola palabra se puede convertir en flecha certera, en avalancha destructora, en garganta cerrada, en llanto.
Cada persona, tiene su propia historia construida para cada palabra. Cada resonancia interna es única y particular. Cada quien le otorga su propio significado interior, asi es, asi fue, y asi sea jajaja.
Tengo recuerdos, imágenes en las que mi boca no paraba de pronunciar sandeces sólo porque sabía que la otra persona tenía razón y mi objetivo era no dejar ni un espacio de silencio en el que ésta persona pudiera expresar su opinión.
"Pon el cere...", repetía Lord Javier en mi cabeza y yo, nada, maldiciendo, gritando, argumentando lo inargumentable, defendiendo lo indefendible. Tal vez debería haber estudiado para abogada, se me da bien las causas perdidas.
Mis propias causas, es por estos recuerdos que ayer cuando mi espada de augurio me recomendó el silencio, yo pense que había llegado el momento de hacerle caso a mi padre y dejar de creerme con derecho a decir todo lo que mi lengua quisiera decir. Esa lengua que ya había inventado engañado, insultado.
Una vez maldije a alguién con tanta fuerza que realmente creí que tenía poderes.
Ahora me rio por lo absurdo de la situación pero en ese momento me sentí una bruja malvada, que condenó a la Bella Durmiente. El poder destructor de las palabras estaba en mi lado y yo, cual bruja mala de los cuentos, lo usaba.
Pienso que las palabras no "se las lleva el viento". Flotan. Toda frase flota en el espacio-tiempo que nos rodea y yo no quiero flechas certeras ni avalanchas destructoras paseando a mi alrededor. Algunas se quedan para siempre.
En fin, que para mi, el silencio es un ejercicio diario. Va desde no responderle al carro que te cerró y no te dejó pasar, hasta no expresar aquella locura que mi cabeza intenta hacerme crer. Hay que saber diferenciar lo que es de lo que no es.
Suena elemental. Ojalá lo fuera. Hay millones de cosas que preferiría no haber dicho nunca, hay cosas que preferiría no haber escuchado. El que no haya herido con palabras que tire la primera piedra. Sólo una cosita, antes de decir burradas, mejor tomemos aire, calmemonos, y ya más tranquilos pensar que realmente se dirá.
Aca un video para relajarnos y meditar , que tengas felíz fin de semana.
7 comentarios:
ASI MUCHOS NO PASAMOS CON LA LENGUA AVECES, PERO CUANDO QUIERES ESCUPIR COSAS, NADIE TE PARA, Y CLARO LUEGO TE ARRIPIENTES Y YA NO SIRVE DE NADA.
Bueno yo creo que sirve más que nada, para conocernos mejor, saber cuáles son nuestros límites y nuestras reacciones, creo que antes de madurar cometeremos muchos errores, de las caídas se aprende más que de las victorias.
Yo pienso que no sólo se trata de madurar, hay ocasiones en que por más maduro que seas, por mas persona controlada que te creas, siempre habra momentos en que algo, te sacara de tus limites y explotaras. No es malo tener momentos así todos lo hemos hecho alguna vez. No conozco a nedie con tanto autocontrol.
Hahahaha Amen!
Hahahha Amen! xD
Osea eres una bocana, barbara jajaja
Jaja no creo que sea una bocona la que dice lo que siente. Tenemos diferentes maneras de expresarnos. Claro a veces nos sobrepasamos pero quién no lo ha hecho en esta vida. Yo grito cuando mis alumnos no me escuchan, o a mi hijo pero son momentos. Nadie se la pasa diciendo burradas todo el día
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